¡Muy buenos días camarada!....¿Hola?.... ¿Me escuchas?... Vaya, qué rápido te has olvidado de mí, es verdad que hace mucho tiempo que no mantenemos una conversación interesante, por lo que parece te van muy bien las cosas últimamente, aún así me parece increíble que no me recuerdes con la cantidad de momentos que hemos pasado juntos; todavía tengo grabado en mi memoria aquella vez que te convencí para que mintieses a quien sólo tú y yo sabemos, y aún así no me reconoces.... Pues haré que me recuerdes para que me tengas en cuenta a partir de ahora.
Hace años que nos conocemos, probablemente yo haya sido el primer "amigo" que has tenido. Comenzamos a llevarnos bien a raíz de aquel problemilla que tuvimos al tirarle del pelo a aquella niñita en preescolar... era guapa ¿verdad? Luego recuerdo que empezaste a hacerme más caso, a seguirme la corriente, sin pestañear ni pensar en las consecuencias, simplemente pensando en que sería divertido coger aquellos chicles de menta sin que se enterase el dueño de la tienda...
Cada vez que estás solo temes que yo aparezca, sabes perfectamente que mi presencia puede traerte problemas, consiguiendo que por fin engañes a tus padres para no tener que comer con tu familia. A lo largo de nuestra vida hemos hecho muchas cosas deplorables, casi siempre con poca repercusión y fácilmente remediables, pero deberías reconocer que en alguna ocasión nos hemos lucido, tal y como pasó cuando decidimos no volver a hablar con aquella chica por puro y simple orgullo... el orgullo, creo que es uno de los sentimientos más inútiles, y a la vez más placenteros para mí, que te he hecho sentir; esa sensación de falso placer que crees que te reconforta no es más que vanidad fruto de mis manipulaciones llevadas a cabo exclusivamente para ti. Sabes perfectamente que cada vez que lo sientes yo estoy detrás de él, y a nadie más le interesa, nadie más le importa si lo sientes o no, nadie comprende el orgullo ajeno ya que es una sensación puramente personal con la que te engañas... y todavía sigues sin reconocerme...
Siempre se ha atribuído una crueldad considerable a los niños, siendo un concepto totalmente erróneo y lejano a la realidad, ya que cuando todavía levantabas faldas no me comprendías, no sabías cuál era el significado de mis actos ni sus repercusiones, no te dabas cuenta de que era yo el que ponía en evidencia a tu hermano delante de tus padres, siendo así imposible entrar en el saco de la crueldad cuando no tenías ni idea de qué era: simple inocencia infantil en proceso de destrucción lenta a base de actos reprochables a la vista de los que te rodeaban... Pero hoy en día esa excusa ya no te vale mi fiel compañero, a estas alturas ya sabes diferenciar perfectamente el blanco del negro, aunque todavía dudas de si algo es gris o no... me parece increíble que no me recuerdes, aunque creo que ya estás cerca....
Cada vez que hablamos crees que me controlas, que dependo totalmente de ti, y los hechos demuestran lo contrario, sacando a la luz que mis intervenciones te hunden en la miseria tarde o temprano, llegando en algunas ocasiones a ser totalmente decisivo para ti, demostrando así que no eres más que un títere para mí. Debo reconocer que la mayoría de las veces me has parado los pies, y que las veces que no lo has hecho has conseguido salir del paso brillantemente con más o menos fortuna, pero mi mayor éxito viene de los pensamientos que nadie conoce de ti... La sociedad mantiene que la diferencia entre las personas las marcan sus actos, y no seré yo quien rebata dicha sentencia; pero quién conoce el contenido de las divagaciones que tienes cada día, cada vez que te duchas o estás a punto de dormirte encima de tus apuntes excepto tú? Nadie... esa es la respuesta que me darías no? Eso significa que continúas sin caer en la cuenta de quién soy...
A día de hoy se sabe que los actos de cada ser son consecuencia de ciertas decisiones internas, decisiones en las que intervienen múltiples factores como los sentimientos, la experiencia o los conocimientos; todo integrado en dos grandes grupos: pensamiento racional e irracional. Por regla general se tiende a actuar con lógica ya que es lo que el resto de la gente espera de ti, y sientes la necesidad de complacerlos y crees que eso te complacerá a ti, eso podría acercarse al pensamiento racional. Pero... ¿donde me situarías a mí? Veo que ya te has dado cuenta de quién soy, conozco perfectamente cada paso que vas a dar e incluso me permito la libertad de decidir por ti en alguna ocasión, cada idea espantosa y malévola que has tenido ha surgido gracias a mí, cada vez que meas fuera y no lo limpias te sientes indiferente porque soy yo el que te obliga a sentirte así, y esto es sólo una nimiedad comparado con la cantidad de cosas que hemos hecho y que si saliesen a la luz podrían acabar con tu reputación... ahora mismo me ves y sientes desprecio y miedo de ti mismo a la vez...
En soledad eres un ser despreciable y cruel gracias a mí; sin embargo, probablemente no lo sabrá nadie nunca gracias a que me combatirás para impedir que cometa actos en tu nombre que te llevarían a una soledad todavía más terrible, siguiendo así un círculo vicioso hasta acabar en el fondo de un pozo oscuro.
En esa oscuridad es donde yo vivo, siendo así tu lado oscuro, tu faceta más oculta, la cruz de tu moneda, esa voz que resuena en tu mente y te aconseja que hagas lo imposible por joder a quien yo te diga por el simple hecho de hacerte sentir un orgullo inerte; estaré junto a ti el resto de tus días, siempre esperando tu llamada para entrar en acción, la mayoría de las veces me evitarás, pero tarde o temprano harás lo que yo te dicte y te arrepentirás, serás todavía peor persona; ya he conseguido que me temas, pero mi ambición no tiene límites y deseo conseguir lo mismo de ti, que mi ambición se convierta en tuya y acabe contigo en soledad...
Ahora que ya me reconoces tendrás que aprender a convivir conmigo, probablemente me evitarás con más frecuencia e intentarás olvidarme... pero soy lo peor que hay en ti hasta que desaparezcas, y no existe ninguna buena intención por tu parte que lo vaya a cambiar, recuérdalo siempre...
P.D.: todo el mundo conoce los siete pecados, nadie recuerda las siete virtudes...
Hace años que nos conocemos, probablemente yo haya sido el primer "amigo" que has tenido. Comenzamos a llevarnos bien a raíz de aquel problemilla que tuvimos al tirarle del pelo a aquella niñita en preescolar... era guapa ¿verdad? Luego recuerdo que empezaste a hacerme más caso, a seguirme la corriente, sin pestañear ni pensar en las consecuencias, simplemente pensando en que sería divertido coger aquellos chicles de menta sin que se enterase el dueño de la tienda...
Cada vez que estás solo temes que yo aparezca, sabes perfectamente que mi presencia puede traerte problemas, consiguiendo que por fin engañes a tus padres para no tener que comer con tu familia. A lo largo de nuestra vida hemos hecho muchas cosas deplorables, casi siempre con poca repercusión y fácilmente remediables, pero deberías reconocer que en alguna ocasión nos hemos lucido, tal y como pasó cuando decidimos no volver a hablar con aquella chica por puro y simple orgullo... el orgullo, creo que es uno de los sentimientos más inútiles, y a la vez más placenteros para mí, que te he hecho sentir; esa sensación de falso placer que crees que te reconforta no es más que vanidad fruto de mis manipulaciones llevadas a cabo exclusivamente para ti. Sabes perfectamente que cada vez que lo sientes yo estoy detrás de él, y a nadie más le interesa, nadie más le importa si lo sientes o no, nadie comprende el orgullo ajeno ya que es una sensación puramente personal con la que te engañas... y todavía sigues sin reconocerme...
Siempre se ha atribuído una crueldad considerable a los niños, siendo un concepto totalmente erróneo y lejano a la realidad, ya que cuando todavía levantabas faldas no me comprendías, no sabías cuál era el significado de mis actos ni sus repercusiones, no te dabas cuenta de que era yo el que ponía en evidencia a tu hermano delante de tus padres, siendo así imposible entrar en el saco de la crueldad cuando no tenías ni idea de qué era: simple inocencia infantil en proceso de destrucción lenta a base de actos reprochables a la vista de los que te rodeaban... Pero hoy en día esa excusa ya no te vale mi fiel compañero, a estas alturas ya sabes diferenciar perfectamente el blanco del negro, aunque todavía dudas de si algo es gris o no... me parece increíble que no me recuerdes, aunque creo que ya estás cerca....
Cada vez que hablamos crees que me controlas, que dependo totalmente de ti, y los hechos demuestran lo contrario, sacando a la luz que mis intervenciones te hunden en la miseria tarde o temprano, llegando en algunas ocasiones a ser totalmente decisivo para ti, demostrando así que no eres más que un títere para mí. Debo reconocer que la mayoría de las veces me has parado los pies, y que las veces que no lo has hecho has conseguido salir del paso brillantemente con más o menos fortuna, pero mi mayor éxito viene de los pensamientos que nadie conoce de ti... La sociedad mantiene que la diferencia entre las personas las marcan sus actos, y no seré yo quien rebata dicha sentencia; pero quién conoce el contenido de las divagaciones que tienes cada día, cada vez que te duchas o estás a punto de dormirte encima de tus apuntes excepto tú? Nadie... esa es la respuesta que me darías no? Eso significa que continúas sin caer en la cuenta de quién soy...
A día de hoy se sabe que los actos de cada ser son consecuencia de ciertas decisiones internas, decisiones en las que intervienen múltiples factores como los sentimientos, la experiencia o los conocimientos; todo integrado en dos grandes grupos: pensamiento racional e irracional. Por regla general se tiende a actuar con lógica ya que es lo que el resto de la gente espera de ti, y sientes la necesidad de complacerlos y crees que eso te complacerá a ti, eso podría acercarse al pensamiento racional. Pero... ¿donde me situarías a mí? Veo que ya te has dado cuenta de quién soy, conozco perfectamente cada paso que vas a dar e incluso me permito la libertad de decidir por ti en alguna ocasión, cada idea espantosa y malévola que has tenido ha surgido gracias a mí, cada vez que meas fuera y no lo limpias te sientes indiferente porque soy yo el que te obliga a sentirte así, y esto es sólo una nimiedad comparado con la cantidad de cosas que hemos hecho y que si saliesen a la luz podrían acabar con tu reputación... ahora mismo me ves y sientes desprecio y miedo de ti mismo a la vez...
En soledad eres un ser despreciable y cruel gracias a mí; sin embargo, probablemente no lo sabrá nadie nunca gracias a que me combatirás para impedir que cometa actos en tu nombre que te llevarían a una soledad todavía más terrible, siguiendo así un círculo vicioso hasta acabar en el fondo de un pozo oscuro.
En esa oscuridad es donde yo vivo, siendo así tu lado oscuro, tu faceta más oculta, la cruz de tu moneda, esa voz que resuena en tu mente y te aconseja que hagas lo imposible por joder a quien yo te diga por el simple hecho de hacerte sentir un orgullo inerte; estaré junto a ti el resto de tus días, siempre esperando tu llamada para entrar en acción, la mayoría de las veces me evitarás, pero tarde o temprano harás lo que yo te dicte y te arrepentirás, serás todavía peor persona; ya he conseguido que me temas, pero mi ambición no tiene límites y deseo conseguir lo mismo de ti, que mi ambición se convierta en tuya y acabe contigo en soledad...
Ahora que ya me reconoces tendrás que aprender a convivir conmigo, probablemente me evitarás con más frecuencia e intentarás olvidarme... pero soy lo peor que hay en ti hasta que desaparezcas, y no existe ninguna buena intención por tu parte que lo vaya a cambiar, recuérdalo siempre...
P.D.: todo el mundo conoce los siete pecados, nadie recuerda las siete virtudes...
1 comentário:
Mereceu a pena agardar por este post.
GRANDIOSO, non podo dicir máis.
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